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Haikus al despertar

huellas dactilares

huellas dactilares

Hoy mirando una foto aérea de Águilas (Murcia) he vuelto a recorrer entero el paseo de la playa de la Colonia sentado en mi escritorio. No tendría nada de particular ni de nuevo en mi trabajo diario si no fuera porque ya he recorrido a pie ese paseo en varias ocasiones y es la primera vez en mucho tiempo que lo vuelvo a hacer. Durante la adolescencia pasé varios veranos en Águilas con mi primo y todas las noche paseábamos en busca de aventuras por la ciudad. Alguna vez llegamos a recorrer ese paseo hasta el final, y esas eran las noches en las que compartíamos las historias más largas e importantes para nosotros. Sobre todo cuando ya estabas al final, fuera casi de la ciudad y lejos de todo el barullo. Hoy he llegado de nuevo a ese paseo estudiando dos lugares cercanos en los que ahora trabajo, y es que la vida nos lleva una y otra vez a nuestro pasado, sobre todo cuando vivimos en la tierra en la que hemos crecido. Podemos ver las huellas que hemos dejado en muchos lugares y éstos en nosotros. Hay como una especie de inercia que aumenta con el tiempo respecto a lo que nos acontece y nos rodea (amigos, bares, paseos, regalos, éxitos y fracasos, tendencias, gustos, frustraciones, placeres, ...). El hecho de empezar a tener "pasado" me gusta y me angustia a la vez. A veces creo que esa inercia, llena de recuerdos y de gente, me tiene preso y maniatado, y hace que me juzgue a día de hoy en base a antiguos valores, a viejas metas, a antiguos acontecimientos, en los que no creo ya (o que simplemente aún me inquietan)... Intento deshacerme a veces de esas partes de mi mismo que aún me cuelgan. He llegado a huir durante largas temporadas con el pensamiento o en avión. Claro que en esa "huida" también he visto cosas nuevas que me han enseñado bastante. Pero poco a poco mis pasos me han llevado de nuevo sobre mis huellas y éstas me reconducen por antiguos caminos/personas/momentos/olores/guiones... (gracias kuki por defender el papel de los guiones). Así, doy una vuelta más en la espiral y coloreo mis huellas/obras/recuerdos con nuevos colores que he ido encontrando o imaginando... Aprendo quizás a aceptarme y a quererme con lo puesto, evitando en general huidas, trenzando mis colgajos y peinando mis canas, junto con la gente que me ha acompañado a lo largo del camino.

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