Lecciones sobre compra y venta
Hay que empezar las farsas, perdón, las frases con letra mayúscula. Siempre muy educadamente hablando de usted y de su señoría. Acabando con un saludo firme pero distante. No como un abrazo cálido sino más bien como un apretón de manos. Recordemos que compramos mercancía, al precio más barato posible, para luego revenderla transformada en producto, con un valor añadido en su mayoría gracias a nuestra estrategia de mercado. El beneficio obtenido debe financiar toda la farsa, perdón, todas las fases de producción, y aportarnos ciertos beneficios para seguir ampliando y manteniendo el teatro, perdón, las instalaciones. Las obras no deben ser muy originales, sólo contener grandes palabras y frases y el vestuario debe componerse de los colores de moda debidamente combinados, tal y como pide el gran público, ejemm, quiero decir, que los nuevos productos no tienen que ser realmente innovadores, sino sólo parecerlo. Mejor dicho, en cualquier caso siempre serán innovadores porque hoy día algo innovador no es necesariamente algo nuevo y distinto, sino que en general se acepta como tal algo simplemente novedoso. La utilidad de los productos no se mide por parámetros objetivos directamente relacionados con su funcionalidad o eficiencia en el uso, sino en primer lugar por su innovación y por otros aspectos personales y sociales, sobre los que nuestros productos tienen efectos inmediatos e inmensurables. Debido a esto, el precio de mercado lo fijamos nosotros, en base a la demanda del mercado (real o irreal, quiero decir potencial). Lo más importante para un buen vendedor es su integridad profesional, que no personal. A modo de ejemplo, léase el siguiente caso de estudio sobre cómo manejar una situación exigente con la máxima integridad profesional:
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juanjo -